El Saluki, aunque también es conocido como Lebrel Persa o Galgo Persa, es, según los musulmanes, el perro enviado por Alá.
El Lebrel Persa es relajado, inteligente y no suele demostrar demasiado su afecto. Es amable y juguetón, disfruta entreteniendo a la familia y hacer ejercicio. Es reservado y puede mostrarse arisco con los extraños, es importante sociabilizarlo desde pequeño, si no lo hacemos y no se le educa debidamente, puede convertirse en un perro nervioso. El Saluki con un comportamiento un poco felino, se enrosca para dormir como un gato y se limpia también a modo de gato.
Se ha comprobado con bastante certeza que los ancestros del Saluki ya existían en la época de las primeras civilizaciones urbanas instaladas en Oriente Medio. Eran unos perros que vivían en la estepa y que los nómadas utilizaban basicamente para cazar gacelas, zorros, chacales y liebres. En 1840 fueron importados los primeros Salukis a Inglaterra y no fue hasta 1923 que se redactó el estándar oficial.
El Galgo Persa es un perro elegante, armonioso, de espalda bastante ancha y de extremidades largas. Tiene unas orejas y una cola largas que están cubiertas por unos pelos largos y sedosos. Su cabeza es larga y estrecha, y sus ojos son oscuros, redondos y ovalados.
La sociabilización y la compañía son vitales para la salud del Saluki. Es un perro que no lleva bien estar solo, ni tampoco encerrado, ni junto a otra raza dominante o nerviosa. Se aconseja que haga vida de exterior pero que duerma en el interior, en una cama blanda para que no le salgan callos.
El Lebrel Persa se halla entre las pocas razas con tendencia a desarrollar enfermedades psicosomáticas. Estas enfermedades, que se piensa que están relacionadas con el estrés, pueden afectar a la piel y/o al aparato digestivo.
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Mi compañero Txiki, con cuatro meses