Maneja tus expectativas y estado de ánimo.
No todos los días de entrenamiento serán perfectos, pero no te frustres ni te desquites con tu mascota. Modifica tu propio comportamiento y actitud para fomentar la capacidad y confianza de tu perro para aprender.
Ten en cuenta el carácter de tu perro.
Todos los perros tienen caracteres diferentes. Al igual que los niños, las diferentes razas aprenden de manera y a ritmos diferentes. Algunos perros son tercos y te desafiarán a cada momento. Otros harán lo que sea para complacerte. Quizá necesites modificar las técnicas de entrenamiento según el carácter de tu mascota.
Dale recompensas inmediatas.
Los perros no entienden las causas y efectos a largo plazo. Aprenden rápido, así que debes elogiarlos o recompensarlos a los 2 segundos de haberse comportado como deseas a fin de reforzar ese comportamiento. Si esperas demasiado, no asociará el premio con la acción que le pediste realizar.
Considera la posibilidad de educar a tu perro con un clicker.
El entrenamiento con clicker es un método para elogiar inmediatamente a tu mascota con la ayuda de un clicker. Puedes hacer sonar el clicker más rápido de lo que puedes darle un bocadillo o acariciar a tu mascota en la cabeza. Por lo tanto, el entrenamiento con clicker refuerza el buen comportamiento con la rapidez suficiente para ajustarse a la velocidad de aprendizaje de un perro. Funciona así: crea una relación positiva entre el sonido del clic y las recompensas. Con el tiempo, tu perro considerará el sonido del clicker como una recompensa misma por su buen comportamiento. Puedes aplicar este principio para cualquier orden que le des.
Sé consistente.
Tu perro no entenderá lo que quieres de él si no eres consistente. Todos los que viven con tu perro deben entender y comprometerse con su entrenamiento. Por ejemplo, si educas a tu perro para que no salte encima de las personas, no permitas que los niños lo dejen hacerlo. Esto socavará todo el entrenamiento que hayas realizado.
Siempre recompensa la buena acción y el buen comportamiento con elogios y en ocasiones con un bocadillo pequeño.
Los bocadillos pequeños ayudarán a motivarlo para que aprenda el entrenamiento. El bocadillo debe ser pequeño, sabroso y fácil de masticar para que no interrumpa la sesión de entrenamiento ni lo llene con mucha rapidez.
Utiliza bocadillos de “gran valor” cuando sea necesario.
Cuando le enseñes una orden difícil o importante, utiliza un premio de “gran valor” para aumentar las probabilidades de que la aprenda. Algunos ejemplos pueden ser: hígado liofilizado, trozos de pechuga de pollo asado o rebanadas de carne de pavo.
Edúcalo cuando tenga el estómago vacío.
Algunas horas antes de comenzar con el entrenamiento, no lo des tanta comida como de costumbre. Mientras más quiera el bocadillo, más se concentrará en la tarea que necesita realizar para obtenerlo.
Siempre termina el entrenamiento con un espíritu positivo.
Aun cuando la sesión de entrenamiento no haya salido bien y tu perro no haya entendido una orden nueva, termina con algo por lo que puedas elogiarlo. Al terminar la sesión de entrenamiento con una orden que ya haya dominado, lo último que recordará será tu amor y el elogio.
Desalienta los ladridos.
Si tu perro te ladra cuando no quieres que lo haga, ignóralo hasta que se detenga y luego recompénsalo con un elogio. A veces ladran para llamar la atención o a veces por frustración.
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Mi compañero Txiki, con cuatro meses